jueves, 29 de diciembre de 2011

Ascenso y caída de don Andalucio. V



V.


La misma mañana en que doña Rosa Palo, la señora de Cortado y madre de nuestro Andalucio, notó un bulto en su pecho que la tuvo preocupada desde la primera tostada del desayuno hasta la última rebanada de pan de la cena, el comisario don Arturo Robledo recibió un paquete abultado en su oficina que llevaba como remitente el nombre siguiente: "CLUB SLOVO." Lo abrió y comenzó a leer del folio que ocupaba la primera posición sobre aquella montaña de pruebas incriminatorias que contenía el paquete misterioso: 

"Muy Señor Nuestro,

El alcalde de Fuengirola ha estado recibiendo comisiones ilegales a favor de la empresa NOVAX, S.A. por valor de 50 millones de pesetas, desde el año 1951 a 1960, a cambio de que el mencionado alcalde, entonces arquitecto y responsable de urbanismo del mencionado Ayuntamiento, efectuara ciertas expropiaciones de viviendas y llevara a cabo  ciertas modificaciones al Plan de Urbanismo a favor de la mencionada empresa promotora y constructora NOVAX, S.A. Lo cual le hacemos saber para que cumpla con su obligación correspondiente. Adjunto en este envío le entregamos amplia documentación que prueba esta corrupción execrable. 

Nuestra consigna es: Por el indefenso, con el indefenso y para el indefenso.

CLUB SLOVO."

Esa misma mañana en que doña Rosa Palo, la señora de Cortado y madre de nuestro Andalucio, notó un bulto en su pecho que la tuvo preocupada desde la primera tostada del desayuno hasta el segundo té que tenía por costumbre tomar tras su cena y justo antes de acostarse mientras leía uno de sus libros de Agata Christie, el director del periódico local FUENGIROLA HOY, don Luis Rosales, recibió un paquete abultado en su despacho que llevaba como remitente el nombre siguiente: "CLUB SLOVO." En él pudo leer el señor Luis Rosales que la empresa NOVAX, S.A. había estado recibiendo ciertos favores municipales a cambio de un buen número de millones que el ahora alcalde había recibido por su cohecho. El director del periódico llamó entonces al comisario don Arturo Robledo y le dijo: 


--Alguien sabe lo de NOVAX, S.A.


--Entiendo --dijo el comisario.


--¿Qué quieres que haga? --dijo el periodista.


--¿Hacer? --dijo el comisario--. No hagas nada. Yo te llamaré.


--¡Pero tenemos que vernos! --dijo el periodista. Tenía miedo.


--No te asustes. Yo también he recibido un paquete sobre NOVAX --dijo el comisario Arturo Robledo, para luego añadir--: Nada grave, nada grave.


--¿Pero vas a hacer algo? --preguntaron al otro lado del teléfono con voz insegura.


--¿Hacer algo? --dijo la voz; una pausa larga seguida de un silencio incómodo terminó con estas palabras--. Investiga quién es CLUB SLOVO y cómo saben todo esto.


--Bien.


--Nada más. 


--Bien.


--Oye --dijo el comisario Robledo con voz de ultratumba--. Y ni una palabra.


--Entendido..., vale, vale --dijo el periodista al vacío, pues ya no había nadie al otro lado de la línea.




La empresa NOVAX, S.A. había sido fundada en 1950 por dos socios y además amigos, el señor Ricardo Cortado y el asmático y gordinflón señor Raúl Petardo cuya mujer había recibido la lluvia purpúrea de esa botella de vino que vimos que Ricardo Cortado no pudo controlar en su ensimismamiento. En sus inicios, NOVAX, S.A. solo disponía de un capital social de diez millones de pesetas, de los cuales don Ricardo Cortado había aportado el 75%. Fue él mismo como socio mayoritario el que consiguió que NOVAX, S.A. pudiera hacerse con los servicios del abogado fuengiroleño Antonio Jurista, amigo íntimo del arquitecto municipal José Esperanza. Esto fue en agosto de 1950. Para septiembre, don Antonio Jurista, don José Esperanza y don Ricardo Cortado ya jugaban al golf y comían juntos en el club MARINA GOLF de Marbella. Un informe del CLUB SLOVO firmado por un tal Toro Sentado de fecha de 15 de enero de 2001 desde Londres, se explaya sobre estos encuentros secretos. (En futuras entregas tendremos tiempo de publicarlos ante la opinión pública.)

Cuando la empresa dedicada a la fabricación de muebles NOVUM, S.L. (filial de NOVAX, S.A.) ingresó un millón de pesetas en la cuenta bancaria de una de las oficinas del banco BARCLAYS de Gibraltar cuyo titular era don José Esperanza, la magia se produjo al instante: en el Pleno del Ayuntamiento de Fuengirola del día 12 de febrero de 1951 se aprobó por mayoría suficiente la  modificación del Plan de Urbanismo, cuyo resultado a tres meses vista fue la expropiación de aquellas casas matas propiedad de pescadores que ocupaban entonces la primera línea de playa conocida como zona A2. La zona, una vez cursadas las oportunas comunicaciones administrativas a sus destinatarios, todos ellos pescadores sin recursos, quedó libre en un año: ningún abogado quiso representar sus causas; ningún juez las habría escuchado de cualquier forma de haberse dado el hipotético caso. Entonces, el día 15 de febrero de 1952, NOVAX, S.A., cuyo asiento en el Registro Mercantil decía que tenía por objeto mercantil la promoción y construcción de viviendas, puso a trabajar a sus primeras excavadoras y a taladrar el oído de todos los vecinos de la zona de Fuengirola conocida como zona A2. NOVAX, S.A. comenzaba a construir su primer gran hotel, el MARE NOSTRUM.

La opinión pública de Fuengirola no tuvo repercusión; primero porque no hubo nada público, pues todo se hizo en privado y, segundo, porque la prensa no dijo nada sobre el particular salvo informar el día 16 de febrero de 1952, en un titular espectacular y esperanzador para el futuro de todos los fuengiroleños, que "el MARE NOSTRUM dará trabajo a más de cien fuengiroleños." Nadie se acordó de los pescadores y sus casas y sus familias porque, al fin y al cabo, como decía el periódico fuengiroleño PATRIA en su artículo ya comentado arriba, "la Costa del Sol se está abriendo a Europa y los turistas extranjeros." Luego venía un gran párrafo en alabanza a la política económica del régimen del Jefe del Estado Francisco Franco, para terminar con unas citas de Chateaubriand y Goethe sobre la libertad, la igualdad y la prosperidad de todos. Encomiable. Lo fue. Mucho.

Es cierto que hubo protestas. La cofradía de pescadores de Fuengirola intentó parar aquella expropiación injusta, pero hubo ciertas llamadas a ciertas horas de la noche (un informe del CLUB SLOVO firmado por un tal Peter Magnus dice que fueron hechas por la Guardia Civil) que hicieron que el tema, por arte de magia, se acabase en unas pancartas y unas fotos en blanco y negro que un periódico de ideas socialdemócratas y, por tanto (como todos sabían porque era algo sabido por todos),"comunistas," tuvo la valentía de publicar. Su director, el director de este periódico comunista, ateo y enemigo de toda la sociedad andaluza, un tal señor Salvador Brecht, de padre alemán y madre rondeña, no tardó mucho tiempo en ser visitado por dos inspectores de Hacienda y una pareja de la Guardia Civil, sin previa comunicación administrativa y sin ninguna llamada de por medio; parece ser que acabó dejando su puesto de director en ese periódico (El Informador) y marchó de vuelta a Ronda, donde se le acabó perdiendo el rastro durante años. Hay ciertos informes que hemos podido leer del CLUB SLOVO con fecha de 2001 y 2002, firmados por un tal Avalon Breton, que dicen que el mentado redactor jefe se casó con una tal Eva Braun, tuvo dos hijos (Caín y Abel respectivamente) y acabó sus días escribiendo novelas de aventuras para niños como residente en Madrid, la capital del reino. Como dijo uno con suma sabiduría no exenta de amor, "dejad que los niños se acerquen a mí." Por otras fuentes se nos dice que el tal señor Salvador Brecht nunca dejó la ciudad, sino que cambió de domicilio, de nombre y de aspecto. El hecho de que uno de los informadores del CLUB SLOVO, ese misterioso Peter Magnus, conozca tanto sobre ese Salvador Brecht parece apuntar al hecho de que ambos sean la misma persona; o puede que ese Toro Sentado que dice escribir desde Londres lo sea. No hay acuerdo sobre esto en los diversos comentaristas de esta historia, aunque el lector dispondrá de suficientes elementos de juicio al terminar esta epopeya como para llegar a su propia conclusión.

El hecho es que NOVAX, S.A., una vez roto el hielo en el año 1952, no hizo más que expandirse y crecer y ramificarse monstruosamente, algo parecido a lo que hizo el bulto en el pecho derecho de la señora Rosa Palo, señora de Cortado y madre de nuestro Andalucio. De la misma forma que la corrupción de NOVAX, S.A. se había expandido del Ayuntamiento de Fuengirola a la comisaría de policía local para acabar manchando a los principales bancos de la localidad de Fuengirola, Mijas, Marbella y Gibraltar, el bulto de doña Rosa Palo se expandió de su pecho derecho a su estómago, y de su estómago a su laringe y de su laringe a su boca. 


Ella durmió bien la primera noche que descubrió el bulto, pero al final de la semana comenzó a sentirse indispuesta. Incluso comenzó a dormir mal, despertar peor, y perder el apetito. Ya no reía cuando su marido le pellizcaba en la cintura, ni cuando su "Andi" le leía en voz alta alguna de sus novelas de Julio Verne tan queridas para él; una vez el dolor en el pecho se hizo tan agudo que acabó por explotar sin venir a cuento. El que pagó el pato fue nuestro Andalucio que estaba cerca; sin haber hecho nada grave salvo dejar un libro fuera de su sitio (lo había dejado en la mesa del salón, que no era "su" sitio), "Andi" fue castigado sin cenar. Noche tormentosa, aciaga y shakespeariana la de nuestro héroe que éste empleó en llorar, maldecir a las mujeres como su madre y escribir en su Diario las primeras palabras codificadas. Andalucio había comenzado ya a escribir sus memorias con ocho años, utilizando para ello el alfabeto griego, imposible de entender para su madre, su padre, o las criadas. (Tendremos tiempo de adentrarnos en sus memorables páginas.)

El hecho que convenció a Rosa fue la falta de apetito, no su cambio de humor con su marido, las criadas, ni sus castigos continuados a su hijo. Considerando que Rosa era una mujer enérgica, fuerte y con un gran apetito ("voraz," leemos en la página 7 del Diario de Andalucio), su falta de apetito fue lo que colmó el vaso de sus dudas. Fue la señal de alarma. Ella tenía noticias de que en su familia otros habían acabado terminando sus días debido al cáncer, empezando por su propia madre, doña Lola. Ella comenzó a recordar sus últimos momentos de agonía en aquella cama tan fría y tan parecida a un sepulcro. Tan pronto como ese recuerdo se le vino encima, lo desechó con un movimiento de cabeza. No se debían tocar esos recuerdos. "Lo pasado, pasado está y mejor no recordarlo," se dijo una tarde mientras veía el jardín desde su sofá de mimbre con cojines blancos. La taza de té humeante ante ella despedía un fino hilo de vapor que fue serpenteando hacia arriba hasta desaparecer de su vista. Aquella senda de humo le recordó la Vía Láctea que había visto meses antes durante una noche serena en la sierra. Por asociación, pensó en los fantasmas, en los espíritus y, por fin, para cerrar el círculo, en su madre expirando en la cama tras decirle al oído: "Me voy, pero estaré contigo, ¿entiendes?"


La mañana en que un joven Marcos Pescante acompañó hasta la puerta de aquel gran chalet de grandes muros blancos a la nueva criada de doña Rosa Palo, Ana Peña, aunque el joven aventurero había abandonado la barbería para estar cerca de la hermana pequeña de aquélla, María Peña, esa mañana que decimos fue la que doña Rosa Palo, señora de Cortado y madre de nuestro Andalucio, eligió para ir al médico a que le leyera su oscuro futuro: el de ella y el de su bulto en el pecho.