En la comisaría levantan acta sobre los
detenidos. Y tras las pesquisas son puestos en libertad a espera del juicio.
Los hombres salen, pero falta Salvador Brecht. Ninguno de ellos sabe qué ha
sido de él. Solo saben que una vez en la comisaría fue conducido por un pasillo
a una habitación.
-Tendremos que hacer algo- dice Toro
Sentado-, no podemos irnos sin él.
-Pero, ¿qué podemos hacer?- pregunta
Proleto que ha comenzado a sentirse parte integrante del grupo de cabecillas.
-Vamos a preguntar- dice Avalon Breton.
Se dirigen al mostrador que hay en la entrada
antes de salir a la calle.
Policía:
-No pueden permanecer aquí, deben
abandonar la comisaría al instante de ser puestos en libertad.
Toro Sentado:
-Está bien, pero queríamos saber del
paradero de uno de nuestros amigos.
Policía:
-No podemos darles esa información.
Váyanse y no se preocupen ya le soltarán.
Los integrantes del pequeño grupo se miran
unos a otros sin saber qué hacer. Permanecer allí les puede resultar complicado
y ya está bien por hoy. Antes de salir un policía se acerca a ellos.
Policía 1:
-Salvador Brecht ha sido detenido con
cargos, así que no podrá salir esta noche tendrá que permanecer aquí hasta que
el juez decida darle audiencia. Lo siento, pero no pueden permanecer aquí.
Peter Magnus que ha guardado silencio en todo
momento rompe este mismo:
-¿Por qué a él lo han detenido con
cargos y a nosotros no? Estábamos todos en el mismo lugar y todos hemos
participado de la manifestación. Yo me quedo y de aquí no me moverá nadie.
Policía 1:
-Creo que será mejor que abandonen el
edificio o tendremos que actuar y esto no les va a gustar nada.
Toro Sentado:
-Queremos ver a nuestro compañero, y
no nos moveremos de aquí hasta que eso ocurra.
Policía 1:
-Está bien, veré qué puedo hacer, pero
pasen a esa sala de espera, por favor.
El policía se retira y se pierde tras una de
las puertas que dan al largo pasillo que desemboca en el hall de la entrada de
la comisaría, a la derecha se encuentra una pequeña sala con unos pocos bancos
de madera; allí esperan unas seis personas que por sus rasgos tres de ellas
parecen árabes, dos podrían ser ecuatorianos y una, sin lugar a dudas, por sus
rasgos debe ser del norte de Europa y es la única mujer que hay en la sala y
sobre su pecho luce una tarjeta en la que podemos leer: Hellen Svensson, traductora.
Nuestros hombres entran en la sala,
todos se dedican una mirada de reconocimiento. La chica que porta la tarjeta
identificativa en el pecho se acerca al grupo y pregunta si puede ayudarles en
algo.
Chica:
-Hola, mi
nombre es Hellen, trabajo como traductora voluntaria aquí, puedo ayudarles en
algo, perdón, tendría que haber empezado por el principio: ¿Hablan ustedes
español?
Toro Sentado:
-Gracias,
señorita, pero ya nos apañamos solos.
Chica:
-De nada
señor…
Toro Sentado:
-Toro
Sentado, perdone.
Toro Sentado y la chica comienzan una
conversación, parece que se han caído bien. En esos momentos llegan dos
policías y les piden a los demás que salgan de la sala, incluyendo a la
traductora. Salen todos y quedan en la sala tan solo nuestros hombres: Toro
Sentado, Peter Magnus, Avalon Breton, Proleto, Cialenva Preston, Nube
Roja, y Caballo Loco, faltando Salvador Brecht del que todavía no les han
comunicado nada. Los dos policías salen y cierran la puerta. Al momento las
luces se apagan y la sala queda totalmente a oscuras. Para cuando las pupilas
de nuestros hombres se han habituado a la oscuridad los golpes los han dejado
en un estado de shock que no les deja reaccionar. Un grupo de policías en el
número de diez se ha dedicado a golpearlos con toallas mojadas contundentemente
hasta dejarlos exhaustos. Son esposados y conducidos a una furgoneta a la que
son empujados. Luego tras un recorrido que puede haber durado unos treinta
minutos han sido tirados, literalmente, en marcha, de la furgoneta que ha
desaparecido por el camino. Nuestros hombres aturdidos por la paliza comienzan
a percibir que acaban de ser arrojados en un descampado a unos cincuenta
kilómetros de la ciudad. Están destrozados, adoloridos por los golpes y temen
por la vida de Salvador Brecht al que han perdido la pista en la comisaría.
Peter Magnus:
-Hijos de puta, así es la
justicia en esta democracia de mierda en este país de mierda lleno de cainitas
y salvajes. Me tenía que haber quedado en Irlanda, pero yo no podía decidirlo,
tenía solo ocho años cuando mi padre tomó la decisión de venir a la costa a
probar suerte.
Toro Sentado:
-Tendremos
que denunciar esto, no podemos quedarnos con los brazos cruzados.
Avalon Breton:
-Creo que ha
llegado el momento de dispersarnos y actuar por separado, creando células por
barrios, para poner en marcha un plan de acción, ya sabemos que los esbirros
del poder nos darán tralla y lo peor es que no podremos denunciarles.
Proleto:
-¿Y el
policía que decíais tener en la comisaría?
Nube Roja:
-Lo habrán
cogido, seguro porque si no esto no hubiera ocurrido.
Nuestros hombres deciden regresar a
la ciudad a pesar de sus cuerpos doloridos. Pero algo tienen que hacer.
¿Combatirán con las mismas armas que han sido tratados, o seguirán por el lado
pacífico a pesar de saber que serán aporreados.
Toro Sentado:
-Me preocupa
Brecht, si estos cabrones han sido capaces de hacernos esto a todos estando
juntos qué no serán capaces de hacerle a él. Porque se lo han llevado por considerarlo el jefe de
Slovo. Pero alguien les ha tenido que ir con el cuento.
Tras una larga caminata, por fin
avistan las luces de una urbanización, en ella varios bares ofrecen sus
terrazas a sus clientes. Nuestros hombres deciden hacer un descanso. Toman
asiento a una de las mesas. Hay pocos clientes y los que hay parecen no
percatarse de la presencia del grupo. Viene un camarero y tas observarlos con
un poco de asombro por el aspecto que muestran les toma nota y dice:
-¡Qué! ¿Se
dio mal el partido?
Avalon Breton coge El Noticiero que hay
sobre un estante. Lo hojea y se detiene en una noticia que le llama la atención
y lee:
Sancionado sin empleo y sueldo un policía
por su implicación con El Club Slovo
El
Ayuntamiento de Fuengirola ha sancionado con cinco días sin empleo y sueldo a Pedro
Roca, el policía municipal que apoyó públicamente al movimiento que encabeza El
Club Slovo, y participó en varias concentraciones organizadas por este club en la
Plaza de España, según han informado fuentes locales.
El Consistorio abrió el expediente hace
unos meses, que se ha resuelto esta semana, porque consideraba que esta persona
expresó su apoyo al Club Slovo "como policía y animó a sus compañeros a
sumarse a este movimiento". Concretamente, se refieren a la participación
de Roca en una asamblea del movimiento el 23 de julio, en el que autodenominó
policía en contra del sistema.
El Consistorio se basa en el reglamento de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en el propio reglamento de la
Policía Municipal, que detalla que los agentes pueden manifestar sus ideas y
opiniones, "pero no hacer uso de su calidad de policía para ello ni
alentar a sus compañeros a sumarse a ninguna corriente política o social
alardeando de su condición", han indicado las mismas fuentes.
De todas formas, la Dirección de Seguridad
ha optado por imponer la multa mínima por este tipo de conducta, ya que está
sancionada entre cinco días y seis meses de rescisión de empleo y sueldo por
una falta grave derivada de un abuso de atribuciones. Por el contrario, el Club Slovo que le apoya y que está
recogiendo firmas en contra de este expediente lo considera un atentado contra
la libertad de expresión por parte del Consistorio fuengiroleño.
Además
aseguran que en esa asamblea, aunque el agente reconoció ser parte del club,
"en ningún momento iba vestido con el uniforme ni presentó ninguna
acreditación de dicha institución; por tanto, él habló como ciudadano, ejerciendo
su derecho". En este sentido, creen que el único motivo por el que la
Corporación Municipal quiere sancionarle es "por las diferencias
ideológicas de este ciudadano y los representantes de este Gobierno
municipal".
Toro
Sentado:
-Estamos perdidos, la represión ha comenzado, ya no
me duelen los golpes, me duele que ahora a todos nos van a perseguir, y no solo
a nosotros sino a todos los que ellos consideren que tienen relación con
nosotros, así no dejarán en paz ni a familia ni amigos. Esto no ha hecho más
que empezar, me temo que habrá mucha violencia física, la psíquica ya la
ejercen teniendo el control de las instituciones. La lucha será dura, cruenta y
a muerte. Pero debemos luchar antes que aceptar la injusticia, antes de ser
exterminados por ese atajo de cabrones sin escrúpulos. Si, chicos, se avecinan
malos tiempos para la paz y buenos para la guerra.
El
grupo se levanta y brinda entonando una canción:
Miren como nos hablan de libertad,
cuando de ella nos privan en realidad.
Miren como pregonan tranquilidad,
cuando nos atormenta la autoridad.
cuando de ella nos privan en realidad.
Miren como pregonan tranquilidad,
cuando nos atormenta la autoridad.
Que dirá el Santo Padre
Que vive en Roma,
que le está degollando,
a su paloma.
Miren como nos hablan del paraíso,
cuando nos llueven penas como granizo.
Miren en el entusiasmo, por la sentencia,
sabiendo que mataban a la inocencia.
Que dirá el Santo Padre
Que vive en Roma,
que le está degollando,
a su paloma.
Y que oficia la muerte como verdugo,
tranquillo está tomando, su desayuno.
Con esto se impusieran la soga en cuello,
el quinto mandamiento, no tiene sello.
tranquillo está tomando, su desayuno.
Con esto se impusieran la soga en cuello,
el quinto mandamiento, no tiene sello.
Que dirá el Santo Padre
Que vive en Roma,
que le está degollando,
a su paloma.
Mientras más injusticias, señor fiscal,
más fuerza tiene mí alma, para cantar.
Lindo segar el trigo en el sembrao,
regado con tu sangre, Júlian Grimao.
más fuerza tiene mí alma, para cantar.
Lindo segar el trigo en el sembrao,
regado con tu sangre, Júlian Grimao.
Que dirá el Santo Padre
Que vive en Roma,
que le está degollando,
a su paloma.