domingo, 19 de febrero de 2012

Ascenso y caída de don Andalucio. IX






















IX.


Que cuenta cómo "Poli" y Ana fueron brutalmente maltratados 
por "Mr. Boni" y Martín, y de cómo Bertolt Monreo comenzó a buscar al niño.


I.

Abre los ojos, campeón.

Ahí está. Bien hecho. Ahora mira aquí.

¿Cuántos hay? Bien. Podemos seguir. Tienes que ir a ver a un niño ahora.

No te preocupes: aún no lo han encontrado. Porque se han equivocado de Salvador.

Han encontrado a otro que se llama Salvador Romero.

"Poli" para su mujer y sus amigas de la peluquería del barrio.

II.

–Tú.

Mr. Boni no se anda con tonterías. Habla.

–Dime desde cuándo comenzaste a joder con tu mierda de club.

–¿Qué cojones de club ni hostias? –pregunta Poli.

Martín le recuerda que hable con respeto a la ley: ¡KromKatónKaifásKrack!

–Vuelve a intentarlo de nuevo –dice Mr. Boni–. Háblame de quién eres y quiénes son tus colaboradores. ¡Quien coño eres!

Esa pregunta no la sabe ni el mismo Poli.

–Yo soy Salvador...

–Eso ya lo sabemos –dice Mr. Boni escupiendo en el suelo del salón.

–Yo soy un pringa'o.

–Ya, eso también lo sabemos.

–Un mierda.

Ana mueve su cabeza al escuchar esta frase de Poli. Parece que está de acuerdo. Poli la repite: "Un mierda, simplemente eso. Un mierda que no sabe de qué va todo esto."

–¿Dónde están las prensas?

–¿Qué prensas? –dice Poli queriendo levantarse del sofá. Martín le empuja con su brazo. Poli se incrusta en el sofá como una chincheta en la pared–. ¡No sé nada de prensas! Yo estoy en paro y me dedico a pasarme el día tocándome las pelotas en casa.

Ana vuelve a confirmar con un movimiento de cabeza lo que acaba de decir Poli.

Mr. Boni hace un gesto con la cabeza a Martín.

Respuesta incorrecta, tarado...

–Bratislava ahora orda preparum paralelo viene... –le dijo Martín enseñándole el puño a Poli. Ana intenta decir algo.

–Poli no sabe nada –dice ella segura de sí misma.

–Creo que tendremos que partirle unas cuantas costillas a su mujer.

Martín no pierde el tiempo en esperar una confirmación a esas palabras de Mr. Boni. La tira al suelo y tronc tranc trun declinamus latina guarrás quema y apesta. 

–Habla.

Poli se echa a llorar y no puede más con su alma y Ana está sangrando en el suelo recién limpio que huele a aguarrás y parece totalmente una bella latina como Jenifar Lopa López ¿que no?

Mr. Boni se echa a reír a carcajadas. 


Y Martín lo imita. Es su simio. 


Suena el móvil. 

–Dime.

Martín, Poli, ustedes y (Ana duerme como un angelito) yo esperamos...

III.

Bertolt Monreo se incorpora en la cama del hospital. Mira a la ventana.

Parece que alguien le está haciendo señas de luces desde fuera. 

Hora de seguir la estrella de Oriente, campeón...

IV.

–¡Se van tal cual! –grita Poli viendo a Mr. Boni saliendo de la casa.

–Nos equivocamos de hombre –dice Mr. Boni sacando un cigarrillo–. Has tenido suerte, hombretón.

En el salón Ana sigue tumbada boca abajo: desmayada. Martín la está tocando.

–¡Eh, deja a mi mujer, animal!

Martín no escucha.

Mr. Boni ya reconoce esta escena cada vez que la escucha o la presencia.

–¡Que la sueltes, te digo!

Martín le propina un codazo que tumba a Poli contra la pared. 

Y comienza su ritual con Ana como es su costumbre. 

–¡Dos minutos, Martín! –le dice Mr. Boni desde la puerta mientras abre su teléfono móvil–. Ni uno más ni uno menos, ¿me escuchas? Esta vez no me tendrás haciendo el gilipollas cinco minutos como la otra vez.

Esto es demasiado horrendo para...

V.

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