En la cola del paro Proleto comienza a ponerse
nervioso y para colmo se le ha acabado el tabaco.
Proleto en
un aparte le dice al hombre que está
delante de él: Perdone, ¿le importaría darme un cigarro?
Hombre:
Cada uno se pague sus vicios- y diciendo
esto tira al suelo el cigarrillo que estaba fumando y lo pisa alevosamente con
una sonrisa malévola.
Proleto: Al
menos me guardará la vez mientras voy a comprar un paquete de cigarrillos.
Hombre: Mire
amigo, no me pida nada, que mire dónde estoy por hacer favores, así que se
acabó. Y sabe una cosa…- mira a un
hombre negro que está en la fila cinco puestos más adelante que él y Proleto-…
que la culpa de que usted y yo estemos aquí la tienen ésos né-gros; ve, mire
ahí delante, y le dan lo mismo que a usted y que a mí, a eso no hay derecho, y
hace el trabajo por la mitad que usted y yo lo hacemos.
Proleto: No
estoy de acuerdo, esos hombres negros hacen el trabajo que ni usted ni yo
queremos hacer y los explotan el doble que a usted y a mí y los amenazan con
expulsarlos del país si se ponen a molestar con esa monserga (según los jefes)
de los derechos del trabajador, y déjeme en paz que no me gustan los xenófobos.
Hombre: ¿Qué
me ha llamado? Retire eso ahora mismo si no quiere que le parta la cara.
Toda la fila se vuelve al oír que el hombre
sube la voz e increpa a Proleto. Hacen un coro y cantan el tanguillo:
El trabajo te lo quitan otros
El banco, el jefe, y el político
Ellos te quitarán además la casa, el coche y
el negocio…
No le eches la culpa al negro, al gitano, al
árabe…
Ellos están tan necesitados como tú.
La gente vuelve al puesto en el que estaban en
la cola. Proleto no aguanta más y decide romper con todo, y para empezar va a
dejar la cola del paro.
Proleto: Un
hombre no es un número, no es una cosa como una piedra o algo así, un hombre es
mucho más que eso, pero no es nada si se deja golpear por otro hombre, no es
nadie si se deja oprimir por otros hombres, así que ha llegado la hora de
luchar.
La fila se gira hacia el lugar donde está
ahora Proleto y cantan:
Aquellos que con aviones privados viajan por
el confín de los cielos
Son los que nos golpean, los que nos maltratan,
Aquellos que firman pactos a nuestras espaldas
y en nuestro nombre
Son los culpables y a ellos habrá que juzgar y
deshabilitar del poder
Solo nosotros el pueblo, los obreros, los de
abajo hacemos posible
Sus formas de vida, solo a nosotros nos corresponde
juzgarlos
Y por cada euro nuestro que se hayan llevado
habrán de pagar otro.
Proleto soy yo, Proleto eres tú,
Proleto es él
Proleto somos nosotros, Proleto sois
vosotros, Proleto son ellos
Todos somos Proletos y desde hoy
tendremos el Poder.
Los componentes de la fila siguen a Proleto y
abandonan, tras él, la puerta de la oficina de empleo y se dirigen al
Ayuntamiento.
La música siempre viene bien con las palabras.
ResponderEliminar"Banquero, banquero, banquero..."